Cerró la votación para que el ingeniero formado en la UNSL obtenga el premio de la Fundación Noble por su aporte de energías renovables a comunidades rurales.
La votación que movilizó a Villa Mercedes llegó a su final y falta muy poco para conocer el resultado. Desde hace varias semanas la ciudad le transmite su apoyo a uno de sus hijos más destacados, el ingeniero Guillermo Catuogno, que fue seleccionado como uno de los ocho “abanderados del año” y compite por ser el más valioso de todo el país.
La tarea solidaria que realiza el investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) no es desconocida para quienes habitan la tierra de la Calle Angosta. Pero como su influencia trasciende los límites provinciales, cada vez más reconocido en otros puntos del suelo argentino.
Por eso fue incluido entre los ocho talentos que la Fundación Noble seleccionó de entre más de 90 candidatos en su búsqueda de premiar a quienes dedican sus vidas para ayudar a los demás y se convierten en un ejemplo para la comunidad.
Catuogno es el creador del Laboratorio de Tecnologías Aplicadas (LabTA), que depende de la estructura de la UNSL y que tiene como misión contagiar el amor por la ingeniería y el conocimiento en energías renovables a estudiantes de diferentes escuelas secundarias. Esas capacitaciones tienen un segundo objetivo práctico: implementar sistemas que proporcionen acceso a electricidad y agua a comunidades rurales con fines de consumo personal y también para fines educativos, productivos y de salud.
En los últimos siete años el organismo ha concretado 25 proyectos que beneficiaron 120 personas de a pueblos y parajes de la provincia de San Luis, de Chaco y en la Patagonia. Escuelas rurales, centros de salud y comedores comunitarios puntanos obtuvieron por primera vez electricidad y agua caliente. En las comunidades mapuches de la Patagonia proporcionaron energía eléctrica y bombeo de agua a nueve familias para un emprendimiento frutihortícola. Mientras que en el Impenetrable Chaqueño, lograron que otras 39 familias tuvieran ambos servicios básicos. Actualmente trabajan para promover la electrificación de las comunidades mediante microcréditos.
“Estamos convencidos que la comunidad científica puede cumplir un rol más que importante a través de políticas de responsabilidad social asumiendo un liderazgo comprometido, plasmándolo en acciones educativas, de investigación, extensión y transferencia, por medio de la formación de personas que actúan como agentes multiplicadores y desarrollo de tecnologías apropiadas que se puedan difundir entre las comunidades y sus territorios”, explicó Guillermo en la página oficial del Conicet.
En el plano personal, su vocación solidaria despertó después de sentir que su trabajo no tenía la suficiente llegada a los más desfavorecidos. “Cuando realicé mi primera instalación en una escuela rural sentí que convergieron mis pasiones. Hasta entonces, no me sentía verdaderamente completo y feliz, porque toda la investigación y desarrollo realizados no tenía un impacto inmediato o a corto plazo en la sociedad. En ese momento, entendí a qué quería dedicarme”, expresó.
Con la votación cerrada, en los próximos días Fundación Noble comunicará la fecha de la gala de premiación, que será emitida en televisión por Canal 13 de Buenos Aires.
Quien resulte seleccionado como el Abanderado del año, ganará 10 millones de pesos otorgados por la institución organizadora, mientras que la Fundación Navarro Viola entregará otros 5 millones para totalizar una recompensa de 15 millones.
Con ese dinero, el objetivo del mercedino es crear la plataforma empowerar.org, para lograr expandir sus proyectos solidarios en más comunidades rurales del país.