Pasó en rojo y mató, ofreció $15 millones a la familia de las víctimas y puede no ir preso

Juan Carlos Collado empezaría a ser juzgado el lunes 20, pero el debate no avanzó porque él intentó frenarlo pagándole a los padres de Aldana, de 23 años, y su hija, de tres. Pero la propuesta le salió mal. Este lunes propondrá un juicio abreviado para ser condenado a una pena que pueda cumplir en libertad y no tras las rejas.

Poco más de siete años transcurrieron desde que Juan Carlos Collado, a bordo de su camioneta, no respetó un semáforo en rojo y, a causa de esa infracción vial, mató a Aldana Aguilera, de 23 años, y a su hijita Natacha, de tres. No fue solo un choque. Las colisionó, la potencia del impacto obviamente tiró a madre e hija al suelo con su moto y lo peor de todo: las arrolló con el enorme vehículo. Las pasó por encima. Aplastó gran parte de sus cuerpos. Murieron quizás al instante, pero de una manera muy dolorosa. Todo este tiempo que corrió desde el accidente, solo le juega a favor al hombre.

Hace casi dos semanas hizo su jugada y trató de no ir a juicio, pagándole 15 millones de pesos a los padres de las víctimas. Los papás de la joven no le aceptaron ni un peso. Para él, solo quieren la cárcel, que pague allí lo que hizo. Pero este lunes el acusado jugará su última carta: solicitará un juicio abreviado, reconocerá que chocó y provocó esas muertes, con la condición de ser sentenciado a una pena “en suspenso”, es decir, una que se cumple en libertad y no en la Penitenciaría.

Collado está muy complicado. Es cierto porque toda la evidencia reunida confirmaría, sin lugar a las dudas, que hizo caso omiso a un semáforo en rojo, colisionó y arrolló a Aldana y Natacha. Pero cuenta con algo que le juega mucho a favor: su edad. El 16 de octubre de 2018, cuando tenía 65 años, no hubiera sido así. La historia hubiera sido muy diferente.

“No queremos el dinero. Lo queremos preso, que pague lo que hizo, porque se llevó dos vidas, la de mi hija y la nena de tres años. No queremos los quince millones. Queremos llegar hasta el final. Lo queremos preso”, manifestó con claridad Edith, la madre de Aldana.

Toda la familia de las víctimas culpa a la gran posibilidad que tiene Collado, de ser beneficiado con una condena en libertad, al paso de tortuga con el que se movió la Justicia. Su inacción. También a los movimientos dilatadores del abogado del acusado, apelando y planteando una y otra vez recurso tras recurso para que el tiempo transcurra.

“Somos conscientes de que puede quedar en libertad, porque tiene 72 años. Sabemos que por su edad no pueda ir preso. Pero, la realidad, es que esperaron siete años para que tenga la edad que tiene ahora, cuando tendría que estar preso hace mucho”, se quejó Edith.

También recordó que, en 2018, fue procesado por “doble homicidio culposo, agravado por violar la señalización de semáforo y por el resultado, por ser más de una víctima” y enviado al Penal. Pero esa prisión preventiva duró menos de tres semanas. “Pagó una fianza de cien mil pesos y la Justicia lo liberó”, resaltó.

Está casi segura de que la Justicia ni siquiera le retuvo el carnet de conducir, ni le prohibió manejar cualquier vehículo. Y sostiene esa afirmación en el hecho de que, en todos estos años, lo han visto más de una vez al mando del volante de un rodado.

Collado llegó a debate oral con un pedido de pena de cuatro años y medio de prisión. Una fuente le anticipó a Todo un País que su defensor, Flavio Ávila, en común acuerdo con el fiscal Ernesto Lutens, requerirá un juicio abreviado. En ese proceso, el acusado admitirá que chocó y mató, a cambio de ser favorecido con una pena en suspenso, es decir, aquella en la que el cumplimiento efectivo tras las rejas queda suspendido y el condenado queda libre, bajo la condición de que “se comporte bien”.

El siniestro, que acabó de cuajo con las vidas de una joven madre y su criatura y dejó rota a una familia, sucedió cerca de las 10 de la mañana. Apenas fue arrestado, el imputado le aseguró al, por ese entonces, juez de instrucción Leandro Estrada que manejaba su Ford Ranger por 25 de Mayo, hacia el sur.

Relató que en el cruce de esa avenida con Ayacucho el semáforo, que le marcaba el paso a él, estaba en verde. Eso, según su versión, significaría que los conductores de la otra calle no tenían permitido pasar. Por eso cuando iba por la ochava, “no vio” la Motomel 125 roja de las víctimas.

Tres testigos fueron claros y coincidentes en que el de la Ford Ranger cometió una infracción. “Uno vio el semáforo en verde para la mujer, lo cual permite suponer que el rojo estaba para la camioneta. Otro, el comerciante, por ejemplo, notó que la luz estaba en rojo para el acusado”, detalló el magistrado hace años.

El video de una cámara de seguridad pública confirmó lo que sostuvieron esas personas y no lo que afirmó Collado. El registro fílmico demostró que tres segundos antes de la colisión otra moto y un auto cruzaron por Ayacucho, la calle por la que iban Aguilera y su chiquita.

Ambos vehículos habían parado su marcha por un momento y, luego, en sincronía, pasaron por la esquina. Eso le permitió deducir al exjuez instructor que el semáforo de Ayacucho estaba con la luz verde en ese instante y todavía lo estaba cuando cruzaron las víctimas.

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