En la madrugada del viernes falleció Nelson Madaf, el hombre que durante años fue símbolo de la lucha contra las condenas injustas en el sistema judicial. Tenía 55 años. Su historia, marcada por el dolor, la resiliencia y la dignidad, conmovió al país.
Madaf fue arrestado en 1989, acusado de un crimen que no cometió. Pero a fuerza de tortura y vejámenes por parte de la Policía de San Luis, terminó confesando ser el autor del asesinato de Claudia Díaz. Fue encarcelado.
Sin más pruebas que esa conclusión estuvo en prisión hasta 1995, cuando finamente fue liberado por falta de pruebas. Tres años después apareció Claudia Díaz, en San Juan viva, con pareja e hijos.
Madaf nunca dejó de proclamar su inocencia, y con la ayuda de organizaciones civiles, abogados independientes y periodistas comprometidos, logró finalmente su absolución 1998. Su liberación fue considerada un triunfo tardío, pero poderoso, de la justicia.
En la Penitenciaría Madaf se contagió de VIH, enfermedad con la que convivió desde entonces. Y si bien inició juicio al Estado, recién en 2009 la Justicia hizo lugar a su planteo y ordenó compensarlo por una suma cercana a los 350 mil pesos, aunque en rigor llegó a cobrar apenas la mitad.
La historia de Nelson Madaf recorrió el mundo e incluso quedó plasmada en el libro del escritor Eduardo Belgrano Rawson, “El sermón de la Victoria”. Lejos de recluirse tras recuperar su libertad, Nelson Madaf se convirtió en una voz incansable contra las fallas del sistema. “Lo que me hicieron no me lo devuelven, pero si puedo evitar que le pase a otro, vale la pena seguir hablando”, solía decir en entrevistas.