Lo anunció ayer el presidente electo. Su historia refleja los cambios de signo ideológico en el gobierno nacional.
Nacida hace un siglo y un año como una petrolera estatal, YPF simbolizó la intervención del Estado en la economía y en el control de los recursos naturales estratégicos del país. Consecuente con sus promesas de campaña, ayer el presidente electo Javier Milei anunció que la privatizará una vez más, como lo hizo treinta años atrás el entonces presidente Carlos Menem. El fundador de La Libertad Avanza ha elogiado la gestión neoliberal del riojano, al considerarla “la mejor de la historia”.
“A YPF primero la tienen que recomponer. Desde que (Axel) Kicillof –cuando fue ministro de Economía de la presidente Cristina Kirchner– decidió estatizarla, el deterioro que han hecho de la empresa en términos de resultados” ha generado que “valga menos que cuando se la expropió”, dijo el mandatario electo.
“Estamos pensando en la cuestión energética, YPF y Enarsa tienen un rol. Mientras se racionalicen esas estructuras, se las pone a crear valor para que se las pueda vender de una manera muy beneficiosa para los argentinos”, añadió.
El anuncio del libertario llega cuando el Estado Nacional mantiene apelado el fallo de una jueza de Estados Unidos, Loretta Preska, quien condenó a la Argentina a pagar 16 mil millones de dólares al fondo de inversión Burford Capital, en una causa surgida de la decisión del gobierno kirchnerista de estatizar la petrolera en 2012.
Agua negra
Los colonos de la ciudad de Comodoro Rivadavia, fundada en Chubut en 1901, habían pedido más de una vez al gobierno nacional que les solucionara la falta de agua. La naciente población no prosperaría sin ese recurso.
Tras el fracaso en un par de alternativas, en marzo de 1907 empezaron una perforación en la cual tenían permiso para horadar hasta 500 metros. Pero llegaron a esa profundidad y no salía agua. El administrador ordenó parar la obra. Pero el técnico alemán Josef Fuchs, a cargo de las tareas, ordenó seguir. Así fue como, cuando llegaron a 540 metros, vieron salir un potente chorro de un líquido negro y viscoso. Era petróleo.
Ese descubrimiento, producido el 13 de diciembre de 1907, convirtió a Comodoro Rivadavia en un pueblo petrolero, cuya economía giró en torno a la extracción de crudo, y también originó el nacimiento de otras poblaciones en el sur, como Las Heras (Chubut), Caleta Olivia (Santa Cruz) o Plaza Huincul (Neuquén).
Consecuentemente, también generó el nacimiento de una estructura estatal, que comenzó con la creación de la Dirección General de Explotación del Petróleo, con el objetivo de regular la actividad de las compañías extranjeras que comenzaban a establecerse en el país.
Luego, en 1922, hacia finales del primer gobierno del radical Hipólito Yrigoyen fue creada YPF, Yacimientos Petrolíferos Fiscales. El general del Ejército e ingeniero Enrique Mosconi fue puesto al frente de la compañía estatal.
YPF mantuvo el monopolio legal del petróleo mientras funcionó como Sociedad del Estado, aunque también participaban en la industria las multinacionales Shell y Esso, cuya participación se incrementó durante la última dictadura militar (1976-1983).
Entre 1991 y 1992, el presidente Menem reformó la constitución societaria de la empresa para convertirla en una sociedad anónima. La privatizó en 1999. Pasó a manos de la española Repsol.
El 16 de abril de 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la decisión de expropiar el 51% de las acciones de la firma, a fin de que el Estado retomara el control. El anuncio que hizo ayer el presidente electo refleja el cambio de signo ideológico que comienza a instalarse en la Casa Rosada: responde a la visión de Milei de que “nada que pueda estar en manos privadas estará en manos del Estado”.