En San Luis faltan hombres. Sí, faltan hombres que quieran bailar bachata. El baile originario de República Dominicana, que llegó a San Luis como una moda hace alrededor de una década, está instalado cada vez más entre los puntanos. Pero todavía no tiene tantos adeptos en el género masculino, las mujeres son amplia mayoría en el aprendizaje y la práctica de esa danza sensual. Diversos temores son los que frenan a los hombres ante la idea de practicarla, piensa Sergio Palma, instructor del género.
Con su pareja, Patricia “Pato” Pérez Quinteros, Sergio da clases los lunes y los miércoles en el Centro Cultural Puente Blanco, gracias a que presentaron un proyecto y el Ministerio de Turismo y Cultura se los aprobó y les cedió el espacio.
Allí pueden ir todos los que quieran bailar bachata y salsa: “El taller está abocado a niños, adultos, adultos mayores; todo aquel que se pueda mover, que tenga la aptitud para hacer una actividad física y aprender, puede venir y tomar las clases”, cuenta.
Las clases empiezan a las ocho y media de la noche. La primera hora está dedicada a la salsa. A las nueve y media largan con la bachata. Los interesados en sumarse al grupo de baile “Kimbara swing” pueden contactarse con el profesor al 2664504924.
Hasta ahora, entre los concurrentes, por cada hombre hay tres mujeres. “Tal vez el hombre tiene más pudor de menear la cadera o hacer movimientos de cintura”, comenta Sergio a la hora de buscar explicaciones de por qué las mujeres son amplia mayoría entre los alumnos.
Sergio, docente de Inglés que trabaja en escuelas de la ciudad de San Luis, llegó a la bachata por haber empezado a escuchar, y a bailar, merengue y salsa, cuando estaban de moda. Desde hace diez años ha dado talleres de baile en localidades del interior como Quines, La Toma, Naschel. Y hace como un año y medio, con “Pato” -se conocieron bailando en una fiesta- crearon el grupo de baile.
