Paloma, de 18 años, experimentó una mejoría y fue derivada a una sala de cuidados moderados, en el Hospital “Carrillo”. El agresor está preso.
Paloma, la chica de 18 años embarazada que fue apuñalada por su expareja, Cristian David Gregorio Suárez, y perdió a su bebé y sufrió otras lesiones graves a causa del ataque, tuvo una mejoría en su estado de salud, que permitió que los médicos la derivaran de la terapia intensiva a una sala de cuidados moderados.
La paciente “se encuentra actualmente internada en Sala de Cuidados Moderados, acompañada de su familia, con conducta expectante y bajo estricto control médico”, informó ayer al mediodía el Hospital Central “Ramón Carrillo” (HCRC), donde fue ingresada el mismo día del ataque, el miércoles 9 de febrero.
Según la reseña que ha brindado el HCRC, ese día la joven “ingresó al sector de Shockroom, con herida punzocortante y penetrante en flanco izquierdo, con perforación de víscera hueca, con herida a nivel clavicular”.
Por el ataque, la jueza de Garantía N° 2, Agustina Dopazo, imputó a Suárez por cuatro delitos: homicidio calificado por el vínculo y por género, en grado de tentativa, aborto, resistencia a la autoridad e incumplimiento de una orden judicial, en concurso real.
El incumplimiento se debe a que, al asediarla, el hombre violó una restricción de acercamiento que le había impuesto el Juzgado de Familia Niñez, Adolescencia y Violencia Nº 2 de San Luis.
Fue tras una denuncia que Paloma había presentado contra Suárez, el 10 de diciembre de 2024, en la comisaría N° 48 de Balde.
El domingo pasado, además de las lesiones que le causó con un arma blanca, Suárez le provocó otras mediante golpes de puño que le dio cuando la sorprendió, al mediodía, cuando Paloma volvía a la casa de su abuela, en el barrio Eva Perón de San Luis. Ese día, más temprano, el agresor había llegado a ese domicilio a buscarla, y como no la encontró, salió a toda velocidad y embistió un árbol con el auto que manejaba, un taxi Fiat.
Después de golpearla, la subió por la fuerza al taxi y se la llevó. Esta situación fue advertida por una vecina, que llamó a la policía.
En el trayecto, la víctima intentó escapar y forcejeó con el agresor, hasta que Suárez comenzó a asestarle puñaladas en el abdomen y otras partes. En un acto desesperado, la joven se arrojó del vehículo cuando iba a entre 140 y 160 kilómetros por hora.
Perseguido por móviles de la Policía, Suárez continuó su huida por distintas avenidas de la capital y llegó hasta la Autopista de las Serranías Puntanas, por la cual llegó hasta Balde, 30 kilómetros al oeste. Interceptado por un retén policial, pegó la vuelta en dirección a la ciudad, donde finalmente fue apresado cuando se encontró con otro bloqueo, abandonó el taxi y quiso seguir la fuga a pie.
