Los 280 kilos de cocaína hallada vale unos 5 mil millones de pesos y tiene una pureza de un 98%; su principal destino era Villa Mercedes

La investigación comenzó hace casi cinco años. Entre los cinco detenidos hay uno de nacionalidad peruana, otro uruguaya y tres argentinos.

Hace unos días ocho puntos del conurbano bonaerense y algunos barrios porteños fueron allanados por orden del juez federal de Villa Mercedes, Juan Carlos Nacul. Los procedimientos fueron tras los rastros de una banda que maneja y distribuye cocaína en diferentes provincias.

Según las averiguaciones del fiscal Danilo Miocevic, en la ruta de esos vendedores de droga estaba como uno de sus principales destinos la ciudad de la Calle Angosta. En las requisas, los policías encontraron unos 280 kilos de la sustancia blanca. Fue noticia nacional. Golpazo al narcotráfico, aunque este no sea propiamente un país narco, porque en Argentina no producen el estupefaciente sino que lo reciben, lo venden re contra rebajado y gran parte de la sustancia pura sigue su curso hacia el Primer Mundo.

Detuvieron a cinco hombres, que el viernes fueron indagados. La audiencia fue por videollamada. Uno de ellos es peruano, otro uruguayo y el resto argentinos. Según le confirmó una fuente a Todo Un País, la droga incautada vale 5.076.000.000 de pesos. Su pureza todavía no fue determinada, pero el mismo informante dijo que, por lo general, esos panes de cocaína «tienen más del 97 o 98 por ciento».

El juez federal, Juan Carlos Nacul, presidió la audiencia indagatoria desde Villa Mercedes por videollamada.

El viernes pasado los cinco hombres fueron puestos al tanto de los delitos por los que están detenidos; básicamente violar la Ley 23.737, de tenencia y tráfico de estupefacientes. La audiencia de indagatoria fue presidida en Villa Mercedes por Nacul, el Ministerio Público Fiscal y los detenidos estaban conectados por videollamada, desde la Alcaldía de Buenos Aires, donde permanecen desde el jueves.

Todos fueron representados por la Defensoría Oficial. Les preguntaron si querían declarar en la indagatoria, el primer acto de defensa que les permite la Justicia. Pero los cinco sospechosos decidieron no hablar.

A partir de ese momento, el juez federal cuenta con 10 días hábiles para definir si los procesa o no y, si llega a hacerlo, si los enviará o no al Penal. Dada la gravedad del delito que les imputan y las pruebas contundentes en su contra, todo hace pensar que no escaparán del procesamiento y, mucho menos, de la cárcel.

La investigación empezó hace casi cinco años. Por eso sigue las normas del viejo Código Procesal. Las averiguaciones le indican a Miocevic que la banda estaba conformada, al menos, por 19 personas. Recibían la cocaína desde el AMBA y después la vendían, entre otras ciudades, en Villa Mercedes.

La Policía Federal (PFA) siguió a los proveedores a través de escuchas telefónicas y un rastreo de sus couriers. Esos últimos distribuían «la merca» entre revendedores, que se valían de «mulas», para hacer llegar las sustancias a sus puntos.

Los panes con cocaína tenía escrito KTM, un nombre desconocido hasta ahora del mundo dealer.

En 2023, una de esas mujeres transportadoras cayó con tres kilos de cocaína en la terminal de micros de Liniers. Estaba a nada de tomar un ómnibus hacia otra provincia.

El jueves pasado la PFA allanó ocho lugares de zonas como Cuartel V, en el partido de Moreno, en Florencio Varela e Ituzaingó. Las requisas llegaron, incluso, a la Capital Federal, más precisamente en los barrios de Saavedra, Monserrat y Almagro.

Secuestraron 280 kilos de cocaína. Unos 220 kilos los encontraron en el Barrio Trujuy. El resto de la sustancia la hallaron en Ituzaingó. Los panes de la droga estaban envueltos con un sticker con la sigla “KTM”, desconocida por ahora en el mundo dealer.

Esos 60 kilos fueron incautados de calle Comandante Peredo al 500. Estaban escondidos en un Toyota Etios. Los efectivos lo interceptaron en medio de un viaje de entrega, es decir cuando sus dos ocupantes hacían un delivery. Eran dos hombres, uno de nacionalidad argentina y otro, peruana.

Los 280 kilos del estupefaciente blanco tenía como destino principal Villa Mercedes. Y, aunque por lo general los panes tienen un altísimo grado de pureza, la realidad es que a las narices de sus consumidores locales lo que llega es un producto hiper «rebajado», a tal punto que una fuente una vez le aseguró a esta periodista que la cocaína que comercializan en la calle la compone una ínfima parte de la sustancia ilegal en sí.

La mejor parte siempre tiene como rumbo otro destino: el Viejo Continente. En Argentina, hasta quienes tienen los bolsillos más inflados, la tarjeta Black sin límite de compra, muchos de ellos, en lugares de poder, deben conformarse con la cocaína, en su versión rebajada.

En Europa es otra historia. Por eso también allá cuesta más. Hasta hace un par de años el precio del gramo rondaba los 50 y 60 euros, por ejemplo, en Italia, donde la llaman informalmente «coco». Pero ese «Coco» o «Coca Cola» es más puro que lo queda acá, eso sí.

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