Los daños que provocó la tormenta son “incalculables”. “Relevamos 32 techos y una casa completa”, dijo el intendente Marcelo Gil. “Pedimos chapas para que la gente vuelva a su vivienda y no siga perdiendo más cosas”, explicó.
Lentamente, Concarán, el pueblo del departamento Chacabuco gravemente afectado por el temporal de viento de este sábado por la noche, va tomando dimensión de los graves daños sufridos. En la localidad, a la que declararon como zona de catástrofe y donde se decretó el estado de emergencia, las pérdidas materiales son “incalculables”, contó el intendente Marcelo Gil.
De acuerdo al relevamiento realizado por el municipio, son más de 30 los techos de viviendas residenciales y de instituciones, como las de bomberos o la iglesia del pueblo, los que se volaron a causa de las ráfagas que rozaron los 150 kilómetros por hora, y que provocaron además la destrucción total de una casa prefabricada.
El jefe comunal dijo este martes que las tareas más urgentes se centran en reunir el material necesario mediante colectas. “Pedimos chapas para que la gente vuelva a su vivienda y no siga perdiendo más cosas”, manifestó Gil.
El Intendente informó que el Gobierno de la Provincia el mismo domingo envió medio centenar de chapas que ya fueron repartidas entre algunos de los damnificados. Sin embargo, estimó que aún hacen falta unas 250 más. De modo tal que apeló a la ayuda de la comunidad para terminar con los trabajos en las viviendas afectadas. “Que la gente me llame a mí. Nosotros las vamos a buscar. Ya armamos una brigada en el Corralón para recibir material para y después repartirlo e instalarlo”, comentó.
En esa línea, señaló que “el municipio va a ayudar a levantar la casa que sufrió los mayores destrozos”, pero no cuenta “con el presupuesto para reparar todo”. “Hay que rescatar la solidaridad de todo un pueblo que se ha mostrado siempre presente y colaborando”, destacó.