Los precios aumentaron un 300 % respecto al año pasado. Una familia tipo podría superar las seis cifras para cenar en un restaurante. El sector gastronómico implementa nuevas estrategias para atraer comensales.
Llega fin de año y la gente se divide entre la que se reúne a comer en una casa particular y la que sale a cenar afuera. En Villa de Merlo, que registra un nivel de reservas superior al 50% para este fin de semana, muchos de los restaurantes y hoteles ofrecerán una amplia oferta gastronómica para este 31 de diciembre.
Los precios son variados, pero una familia de cuatro integrantes puede llegar a gastar seis cifras para la cena de Noche Vieja. Las tarjetas están entre los 30.000 y los 35.000 pesos por persona adulta en los restaurantes más tradicionales del centro de la ciudad e incluyen cena show y menús compuestos por entradas, platos principales y mesas dulces más elaboradas.
Quienes gusten de platos exclusivos o cocina de autor, el restaurante del hotel Epic ofrecerá una recepción extendida con tragos y finger foods fríos y calientes, plato principal con opción vegetariana, postre, degustación de vinos, y mesa dulce navideña.
El valor por persona es de 70.000 pesos más IVA e incluye además barra libre y acceso a la fiesta con DJ y cotillón.
El impacto económico en primera persona
Consultados sobre los aumentos de un año para el otro, los gastronómicos merlinos coinciden en que los menús para las fiestas sufrieron una suba de un 300% y eso se refleja en las estrategias que deben implementar para atraer a los comensales para esta fecha. Algunos optaron por incorporar más carne de vaca en sus platillos, otros por cambiar el típico pan dulce y las garrapiñadas por repostería y pastelería.
“Con trabajo y más trabajo” fue la respuesta de Tomás, dueño de Nolita, cuando se le consultó sobre cómo encarará la temporada turística que se avecina y de la que no se tienen buenas expectativas. “Venimos flojos. Estamos a la espera de lo que va a pasar”, dijo Amiel Garro, del restaurante criollo Cabeza del Indio, que, en su caso, por primera vez tendrá que incorporar “menú turista a precio razonable”.
Esa misma línea seguirá Mirtha, de La Posta, que ofrecerá plato del día y comida para llevar a fin de generar mayores ventas: “Vamos a hacer cosas que no solíamos hacer. Porque la gente, creo, que ni siquiera se va a sentar a comer muchas veces en su estadía. Si están en una cabaña, se cocinarán o llevarán una pizza o una tarta”.
“Tengo mis opciones yo sé cómo manejar mi comercio y busco las mejores siempre para que el público vuelva, porque mi negocio es que la gente vuelva. Si no vuelve a comer, que recomiende a alguien. Ya veremos qué es lo que pasa. No tengo la bola de cristal pero si mantenés la expectativa baja, después cualquier cosa te conforma”, reflexionó Santiago, que está al frente de Cirano desde hace 20 años.