A pesar de que la explosión no generó un incendio, dos operadores de Bomberos de la Ciudad ingresaron para detener al compresor. Hay cerca de 40 intoxicados.
Un tanque de amoníaco explotó dentro de un frigorífico y hasta el momento hay cerca de 40 intoxicados y 300 evacuados. El episodio ocurrió en el barrio porteño de Barracas y hubo seis manzanas evacuadas por el escape del gas tóxico. Personal del SAME, Bomberos de la Ciudad y de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad estuvieron en el cruce de las calles Lafayatte y Santo Domingo para auxiliar a los intoxicados.
Fueron 14 ambulancias del SAME las que estuvieron en la zona y realizaron el operativo para desintoxicar a los operarios afectados. Fuentes policiales informaron que bomberos “perimetró toda la cuadra como medida preventiva, en tanto dos operadores con trajes de protección se alistaban para las tareas de detección”.
Confirmaron que todos los operarios que estaban al momento de la explosión fueron evacuados, junto con otras fábricas aledañas. “Se solicitó a los residentes de inmuebles linderos a que cierren las ventanas y puertas para evitar el ingreso de contaminante”, detallaron.
A pesar de que la explosión no generó un incendio, dos operadores de Bomberos de la Ciudad ingresaron para detener al compresor y cerrar las válvulas anterior y posterior de paso del fluido.
“El SAME asistió a unas 40 personas, de los cuales 14 operarios fueron trasladados a los Hospitales Argerich, Penna y Ramos Mejía”.
“No tenemos las causas, se está trabajando sobre uno de los comprensores donde se veía gran cantidad del fluido gaseoso en su estado de expansión”, explicó el segundo jefe de la Brigada de Emergencias Especiales (BEE), Cristian Bello.
El frigorífico consta de subsuelo, planta baja y dos pisos superiores y, de acuerdo al personal de planta, en el subsuelo se escuchó una explosión, afectando en ese momento a nueve operarios, indicaron en el parte policial. Todos los operarios evacuados aguardaron vestidos con sus uniformes blancos en la intersección de Vélez Sarsfield y Osvaldo Cruz, mientras en el aire todavía se percibía un olor ácido.