La votación para elegir el Directorio del Colegio de Abogados y Procuradores de San Luis (CAPSL) fue reñida hasta el final. En 17 de octubre, en la primera vuelta, hubo empate entre Unidad Republicana y Libre, la lista que finalmente se impuso por un voto de diferencia el pasado 14 de noviembre y que llevó como candidato a presidente a José Gabriel Alessandro, quien accedió a un mano a mano con Todo un País.
—¿Cuáles son los pilares de la propuesta de la Lista Libre?
—Es trabajar en la búsqueda de la unidad de todos los colegiados. Creo que ese es el perfil que han visto en mí quienes nos votaron. Soy una persona a quien le gusta que los abogados seamos parte de la solución a los inconvenientes que nos atañen. Los abogados se quejan del funcionamiento de los tribunales, y ese descontento nos llega. Quiero que enfrentemos esto siendo verdaderos auxiliares de la Justicia. La Justicia es uno de los poderes del Estado, por lo tanto, tenemos un rol que es distinto a los demás colegios profesionales. En resumen, queremos ser protagonistas del mejoramiento de la Justicia, aportar soluciones o alternativas para resolver problemas puntuales que se ven a diario.
—¿Qué tienen en común o qué lo une al resto de los integrantes de la Lista Libre?
—Nos convoca el deseo de defender los intereses de los profesionales de la abogacía, cualquiera sea el ámbito donde se desempeñen, ya sea el que litiga, el que ejerce la docencia, el que es empleado público, el que se dedica a la actividad política. Sabemos que los que se dedican al ejercicio liberal de la profesión, a litigar y a llevar juicios ante los estrados judiciales, tienen intereses más urgentes que requieren pronta solución. Pero no queremos descuidar todos los otros ámbitos donde los profesionales se desempeñan. Creo que eso ha sido un sello distintivo. Yo también he hablado con toda confianza con el candidato a presidente de la otra lista, Santiago Calderón Salomón, a quien respeto mucho y por quien tengo un gran cariño. Creo que su lista se focalizó en esto, en el profesional que litiga. Y nuestra propuesta fue un poco más amplia, abarcando a todos los profesionales, sea cual sea el ámbito en que se desempeñen.
—¿Considera que eso marcó la diferencia en la última votación?
—Tal vez sí, o tal vez fue la gestión que hemos terminado, que entiendo que fue muy buena, sobre todo en cuanto a capacitaciones. Eso atrajo mucho a los jóvenes profesionales, que son parte importantí- sima de nuestro espacio. Escuchar, tener contacto permanente con los noveles abogados ha sido también un sello distintivo nuestro. Recibo a diario en el colegio un promedio de tres jóvenes profesionales que vienen con alguna inquietud, con esas dudas que surgen al iniciar el camino del ejercicio profesional. Un objetivo que queremos profundizar es ayudarlos, respaldarlos, acompañarlos en los primeros pasos que dan.
—¿ Cuáles serán las principales líneas de acción de esta nueva gestión?
—He sido partícipe de la gestión que acaba de terminar, como secretario general del Colegio. En ese sentido, habrá una continuidad y una profundización de cuestiones ya comenzadas. Queremos ahondar en la capacitación de los profesionales. Durante los últimos dos años, entre diplomaturas y cursos, generamos la capacitación de más de 1.200 profesionales, lo cual es un gran orgullo. Por otro lado, hemos comenzado un camino de diálogo con el Superior Tribunal, en la búsqueda de una Justicia más rápida, más efectiva. Ese será otro eje, el vínculo con el sistema de administración de Justicia. Y otro es el crecimiento institucional del Colegio, que trascienda lo meramente profesional y que se transforme en una entidad vinculada con distintas esferas de la sociedad: con ámbitos culturales, deportivos, académicos.
—¿Qué es para usted la justicia?
—La definición más antigua, sencilla y clásica, la que todo el mundo entiende, refiere que justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. En ese camino de dar a cada uno lo que le corresponde hay un montón de matices, hay muchos factores que intervienen y que muchas veces hacen difícil lograr ese objetivo. No es una tarea sencilla, pero los jueces y los abogados trabajmos en esto.
—¿ Qué es lo central para que la ciudadanía tenga un buen servicio de justicia?
—Principalmente, facilitar el acceso, garantizar que todos los ciudadanos tengan la posibilidad de recurrir al servicio de justicia en busca de soluciones. A mi entender, debe proponer todas las alternativas de resolución de conflictos entre las personas. Entre ellos, la mediación, el arbitraje, la conciliación, que también está legislada en nuestro Código, pero que se usa muy poco. Y por supuesto, cuando se llega a un juicio, lo que se espera es que ese proceso sea lo más ágil y seguro posible y que ofrezca las mayores garantías para el ciudadano.
—A su entender ¿qué aspectos deben ser transformados o revertidos urgentemente en la Justicia?
—El problema de la Justicia es nacional, afecta de punta a punta al país, y San Luis no es la excepción. Más allá de que no me dedico a la rama del derecho de familia, recibo a diario comentarios del tipo ‘no se olviden de los Juzgados de Familia’. Hay que trabajar en el mejoramiento del sistema en lo que se refiere a la cuota alimentaria, los regímenes de visita, los impedimentos de contacto. Creo que todas esas cuestiones urgen y son un reclamo de la sociedad que necesita rápida solución.
En primera persona
Soy José Gabriel Alesandro, tengo 53 años y nací en San Luis Capital, al igual que mi mamá. Mi papá era de Buenos Aires. Mis padres se conocieron en San Luis, se quedaron a vivir aquíynostuvieronamíyami hermana. Con los años, formé mi propia familia. Mi esposa es Carla Alume y junto a ella me convertí en papá. La paternidad me llegó de grande, a los 46 años. Mi hija, Renata, tiene 7 años, y el más pequeño, Amadeo, 5.
Tanto mi hermana como yo estudiamos en el Instituto Santo Tomás de Aquino, que estaba cerca de mi casa. Cuando egresé de la secundaria me fui a estudiar abogacía a Córdoba. Pero a los 20 años regresé, porque entendí que no quería seguir estudiando allá. Creo que estando en Córdoba me tiraba estar con la familia, por eso volví a la provincia. Ya en San Luis empecé a trabajar como preceptor en el Instituto Santo Tomás de Aquino. En ese tiempo también me inscribí en la Universidad Católica de Cuyo para retomar los estudios de abogacía, que comencé a ejercer hace más de 20 años, en 2002.
Empecé la profesión como inician casi todos los colegas, haciendo un poco de todo. Después, a raíz de que trataba de buscar horizontes, me empecé a formar en mediación. Ese mundo me gustó muchísimo. Soy un apasionado de los métodos alternativos de resolución de conflictos, entre los cuales está la mediación. Me inscribí como mediador en el Poder Judicial. Soy mediador registrado y con matrícula provincial. Además, soy titular y responsable de un centro de mediación privado. Continúo ejerciendo también la profesión de manera liberal, llevando sobre todo cuestiones de derecho civil.
Balotaje
El 14 de noviembre se realizó el balotaje para elegir el Directorio del Colegio de Abogados. Por tan solo un voto de diferencia resultó elegida la Lista Libre, encabezada por Alessandro. Se llegó a la segunda vuelta ya que en la votación del pasado 17 de octubre, tanto la Lista Libre como la otra que se presentó, Unidad Republicana, obtuvieron 363 votos.
Unidad Republicana se impuso en la votación de los representantes de abogacía en el Consejo de la Magistratura, los delegados del Colegio Forense y el Tribunal de Ética.