El Departamento Dupuy está cambiando. Esa es la convicción que moviliza a Marisa Lucero, segunda candidata a diputada provincial por el oficialismo, quien asegura que el proceso de renovación política no es sólo una consigna electoral, sino un cambio cultural profundo. “Necesitamos gente nueva en la política, gente joven con nuevas ideas, con nuevas propuestas”, afirma.
Lucero es licenciada en Administración, hija de un peón de campo y una ama de casa. A los 35 años, es la primera en su familia en involucrarse en política. “Vengo de una familia que ninguno de los integrantes ha participado en política. Así que soy la primera”, contó en una entrevista reciente. Su formación y su presente laboral están atravesados por una fuerte apuesta a la educación: actualmente dirige la Universidad Provincial de Oficios en Buena Esperanza.
“Estoy convencida de la educación es la salida para todas las sociedades modernas que quieren progresar”. Pero además de promover políticas públicas vinculadas al acceso al estudio, la vivienda y el empleo, Lucero pone el foco en una transformación más estructural: el fin del poder hereditario. “Hemos tenido históricamente en las diferentes localidades apellidos que han perdurado por años”, señaló, mencionando como ejemplo el caso de la familia Freixes en Nueva Galia y Larroudé en Buena Esperanza.
“Larroudé gestionó dos mandatos como intendente durante ocho años. Ahora está su hija y él forma parte del Concejo Deliberante como presidente, donde supongo que hay un conflicto de intereses”, denunció. Y añadió: “Creo que ese es el cambio que busca Dupuy, que se terminen estas gestiones de padre, hija, mujer, marido…”.
Lucero ve con claridad una resistencia de algunos municipios a sumarse al nuevo rumbo que plantea el gobierno provincial. “Hay resistencia en mi localidad, Buena Esperanza, y también en Nueva Galia”, dijo. En ambos casos, señaló que las iniciativas impulsadas desde la provincia no han podido implementarse plenamente.
Para Lucero, el 11 de mayo se trata de la posibilidad de confirmar un nuevo rumbo para el sur provincial en lugar de la lógica de los apellidos de siempre.