El Salón Blanco fue escenario este jueves de una jornada marcada por la emoción, los sueños en marcha y el espíritu emprendedor. Allí, más de 250 emprendedores sanluiseños recibieron créditos de los programas provinciales “Mi Próximo Paso” y “Mi Primer Emprendimiento”, impulsados por el Gobierno para fortalecer la producción privada.
El acto fue encabezado por el gobernador Claudio Poggi, quien destacó la importancia de estos programas como parte de una política pública que no se limita a la entrega de recursos, sino que también promueve la formación, el asesoramiento técnico y el acompañamiento integral a cada emprendedor.
“Impulsamos estos programas para promover la cultura emprendedora en San Luis. No es lo mismo una ciudad con emprendedores que una sin ellos. Esto es más que un crédito: es capacitación, formulación de proyectos, mentoreo. Es un proceso integral”, remarcó Poggi durante su discurso.
Los programas se diferencian principalmente por el público al que están dirigidos: “Mi Próximo Paso” está pensado para quienes ya tienen un emprendimiento en marcha, sin límite de edad; mientras que “Mi Primer Emprendimiento” se enfoca en jóvenes de hasta 30 años que dan sus primeros pasos en el mundo empresarial.
Voces con nombre y sueños
Uno de los beneficiarios fue César Ríos, quien lidera una empresa tecnológica dedicada a soluciones de seguridad. “Somos una empresa 100% puntana”, expresó con orgullo. Gracias al apoyo recibido, planea actualizar sus sistemas para brindar mejores servicios tanto en el ámbito doméstico como corporativo. Rodeado de su familia, celebró la entrega del certificado con un emotivo abrazo.
Otro ejemplo es el de Susana Nieva y su hija Maricel, quienes producen suculentas y trabajan de manera sustentable. “Fui docente y al jubilarme empecé con el vivero. Para mí emprender es iniciar un nuevo camino, y como es tuyo, lo hacés con gusto”, reflexionó Susana. El crédito les permitirá invertir en herramientas, infraestructura y expandir la producción.
En algunos casos, el emprendedurismo nace como una necesidad. Es el caso de Macarena Vílchez, quien junto a su hermano Misael comenzó un emprendimiento gastronómico. “El contexto es difícil y esta fue nuestra salida laboral. Arrancamos vendiendo en la calle y ahora vemos una oportunidad real de crecer”, contó. Con la ayuda financiera, esperan adquirir equipamiento y acondicionar su local.