Pese a estar prohibidos por ordenanza municipal y por la ley Nacional de Tránsito, son dolor de cabeza para vecinos que demandan desde hace años el cumplimiento de las normas.
En Villa de Merlo está en vigencia, desde el año 2013, la ordenanza Nº VI-0545, que establece sanciones a quienes transiten con vehículos con escapes libres. Sin embargo, pese a que también los prohíbe la Ley Nacional de Tránsito, las explosiones y los estruendos son un dolor de cabeza diario para vecinos y vecinas que demandan a las autoridades que hagan cumplir las normas.
Parece que al fin habrá una respuesta a este reclamo recurrente: desde el Ejecutivo municipal aseguraron que volverán los controles vehiculares a la localidad y que estos se centrarán en la prevención vial y contaminación sonora.
Estas acciones no se realizan en la ciudad desde hace años. En varias oportunidades el Intendente Juan Álvarez Pinto argumentó que para llevarlos a cabo era necesario un trabajo mancomunado entre Tránsito municipal y Policía de San Luis y denunció que, por diferencias políticas, la anterior gestión provincial no aportó recursos para poder ejecutarlos.
En esa línea, el primer mandatario merlino puso énfasis en la nueva lógica de articulación con el nuevo Gobierno para abordar distintas temáticas, entre ellas las relacionadas con la seguridad, y resaltó el traslado la Unidad Regional VI para contribuir al orden de la ciudad.
Desde el Municipio adelantaron que quien no cumpla con la medición de sonido y supere los 80 decibeles permitidos incurrirá en infracción y se procederá a labrar el acta correspondiente, retener el vehículo y aplicar importantes multas. “El que avisa no traiciona”, advirtió Álvarez Pinto.