Hay películas que tocan fibras sensibles y otras que te hacen contener la respiración por la tensión que manejan. Esta logra hacer ambas cosas, y por eso se convirtió en una de las más vistas de Netflix desde su estreno. Con una trama que combina romance, suspenso y drama psicológico, se posicionó como una de las grandes apuestas del género.
Con una duración de 1 hora y 55 minutos, “Juego limpio” propone un relato sin filtros, con escenas subidas de tono y giros dramáticos que mantienen la tensión hasta el último minuto.
La historia sigue a Emily y Luke, una pareja joven y apasionada que trabaja en la misma empresa financiera en Nueva York. Todo parece ir bien entre ellos, hasta que Emily recibe una promoción que cambia completamente la dinámica de poder en la relación.
A medida que ella avanza en su carrera, la inseguridad, los celos y la frustración de Luke comienzan a crecer. Lo que era amor se transforma en control, resentimiento y manipulación, desatando una escalada de conflictos que exponen lo peor de cada uno. La película aborda con crudeza la tensión entre lo profesional y lo íntimo, y cómo el éxito de una persona puede convertirse en el detonante de una crisis emocional profunda.