Egresó de la Universidad Nacional de los Comechingones, en Villa de Merlo. Un viaje por Europa le permitió comprobar que la carrera tiene un horizonte amplio, por la demanda de profesionales.
Combinar el deporte, la recolección de residuos y la prevención de incendios es la idea que concibió, para el trabajo final de su carrera, Mariné Campos, la primera técnica universitaria en Comunicación de las Ciencias del país, que se recibió el lunes en la Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC).
Orgullosa de su logro, al cabo de poco más de tres años de estudio, Mariné destacó la importancia de la tecnicatura que dicta la casa de estudios con sede en Villa de Merlo. “Cualquier persona la puede estudiar. No hace falta ser periodista, ni licenciado ni ingeniero, ni nada. Podés terminar la secundaria y ser técnico en Comunicación de las Ciencias en tres años. Es realmente una oportunidad única, no existe esta carrera en otro lugar del mundo”, comentó al ser entrevistada por Todo un país.
La rectora de la Universidad de los Comechingones, Agustina Rodríguez Saá, elogió a la flamante comunicadora: “Estamos muy felices por el egreso de nuestra primera técnica en Comunicación de las Ciencias. Mariné ha sido una estudiante destacada por sus conocimientos y su pensamiento crítico”.
“La ciencia atraviesa nuestras vidas todo el tiempo, aunque no nos damos cuenta. Hay desarrollo científico hasta en los elementos más comunes de nuestras vidas. Por eso divulgar ciencia es una obligación si es que queremos democratizar el conocimiento y alentar sociedades más y mejor informadas”, agregó.
A los conocimientos que adquirió en la carrera y en algunas capacitaciones que hizo en Europa, Mariné le suma los aprendizajes que adquiere en la dirección general de Comunicación de la UNLC, donde hace prácticas profesionalizantes, las llamadas pasantías: “Es como un máster, es un plus que me da la universidad, algo que no pasa en todas las universidades, estoy muy agradecida por esta oportunidad”, dice.
A sus 47 años, Mariné, que es de Buenos Aires pero vive en Piedra Blanca, termina el 2023 “con una alegría enorme” porque a su propio logro le suma que su hijo acaba de egresar de la secundaria, también como técnico, maestro mayor de obras.
Ella, cuando terminó la secundaria, cursó un año de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, en la Universidad Nacional de La Matanza, la dejó y después estudió periodismo deportivo, carrera que tampoco terminó. Pero “siempre mi vida estuvo dando vueltas alrededor de la comunicación. Me enteré de la existencia de la universidad por un folleto, cuando la universidad era muy nuevita, y me acerqué a ver qué carreras había porque siempre conservé la ilusión de completar mis estudios. Cuando me dijeron que estaba Comunicación de las Ciencias, no sabía bien qué era, pero sabía que venía por ahí”, cuenta. Se empezó a interesar cada vez más en eso, hasta sentir que la apasionaba.
La pandemia de coronavirus, a comienzos de 2020, la sorprendió en el inicio de su segundo año de cursada y la carrera comenzó a dictarse a distancia, lo que sumó una dificultad.
Mientras cursaba viajó a Europa para tramitar su ciudadanía italiana. Durante medio año estuvo en Italia, España y Alemania. Y comprobó que allá “está en auge la comunicación de las ciencias, la divulgación científica, el periodismo científico, es algo sumamente importante, un trabajo muy respetado”.
“Todas las universidades – afirma– cuentan con doctores en divulgación científica, en comunicación de la ciencia, con periodistas científicos, con personas que tienen otra profesión, ya sea por parte de la ciencia o por parte del periodismo, y se han especializado en la comunicación científica, porque así lo requiere el mundo de hoy”. Lo que conoció en el “viejo continente” sobre su campo profesional le hace pensar que la carrera que cursó “es muy prometedora y hay muchísima demanda laboral”.
“Conciencia, salud y prevención”
Para su trabajo práctico final, Mariné preparó una ponencia que tituló “Plogging Eco-Preventivo: Comunicación y Acción Comunitaria en la Prevención de Incendios Forestales”.
“El plogging es una actividad que combina la recolección de residuos con la actividad deportiva. Por ejemplo, hacer caminatas, trote, running, mientras se recolectan residuos. Es una actividad que surgió hace muy poquitos años en Suecia y se fue extendiendo por el resto del mundo. Yo tomé el concepto y lo adapté a la prevención de incendios urbanos-forestales, los que se conocen como de interfase”, comentó a este medio.
Detalló que su proyecto “es una iniciativa multidisciplinaria que utiliza el plogging como herramienta comunicacional, fusionando conciencia ambiental, salud y prevención de incendios”.