Brindará apoyo a Obras Sanitarias de esa ciudad, que tendrá a cargo la recepción y el tratamiento de efluentes de fábricas del Parque Industrial Sur. Se desarrollará durante 2024.
Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) obtuvo un subsidio de 20 millones de pesos para hacer un proyecto que busca mejorar la gestión de aguas residuales industriales en Villa Mercedes. “El objetivo es preservar el ambiente, pero permitiendo que se desarrolle la producción industrial”, sintetizó a TUP la doctora en química y directora del proyecto, Bibiana Barbero. El proyecto lleva por título “Fortalecimiento de capacidades de I+D+i para el desarrollo de tecnologías de oxidación avanzada aplicables al tratamiento de aguas residuales industriales”. Se encuadra dentro de los Proyectos Federales de Innovación (PFI 2023), que organizó el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, en la anterior gestión.
Si bien la UNSL es la beneficiaria, el destinatario final de este proyecto es Obras Sanitarias de Villa Mercedes. En esa ciudad se construye una colectora de efluentes industriales para el Parque Industrial Sur y, asociado a esa obra, se hace una nueva planta de tratamiento de efluentes, para ampliar la capacidad que tiene la actual. “Cuando esto se ponga en funcionamiento, pasará a ser operada por Obras Sanitarias de Villa Mercedes. En la implementación de esa colectora y esa nueva planta de tratamiento hay que trabajar para decidir si los efluentes de las industrias pueden ser descargados tal cual se generan en el momento en que los quieran volcar o si van a necesitar tratamientos previos”, explicó Barbero, quien es docente de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF) de la UNSL e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Puntualmente, el equipo de científicos asesorará y prestará colaboración en la determinación y caracterización de las aguas residuales y en el tratamiento de las mismas antes de ser descargas en el río Quinto. Hay efluentes industriales que tienen baja biodegradabilidad o bien una alta toxicidad, y por lo tanto no resulta muy factible hacer un tratamiento tradicional con métodos biológicos, como se usa habitualmente, por ejemplo, para las aguas residuales domésticas urbanas. En cambio, las aguas residuales que no son biodegradables (con aceites y grasas, por ejemplo) requieren de otro tipo de tratamiento.
El equipo está conformado principalmente por ingenieros químicos y licenciados en química. Además de Barbero, integran el proyecto María Gabriela Amaya y Débora Belén Tagua (FQByF), Silvana Muratona y Mariana del Pópolo (Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias de la UNSL, con sede en Villa Mercedes) y Juan Manuel Quiroga, un técnico que es personal de apoyo de CONICET.
El grupo de científicos está abocado desde hace tiempo al estudio de esta problemática y al desarrollo de tecnologías de tratamiento. Prevé iniciar con las actividades de caracterización de las aguas luego de que la UNSL reciba los fondos y haga la compra de equipamiento y reactivos. Estiman que comenzarán entre febrero y marzo de 2024. El periodo de ejecución del proyecto es de un año a partir del momento en que reciben el dinero.
“Esto se encuadra dentro del desarrollo sostenible. Necesitamos que se produzca, que las industrias fabriquen todo tipo de productos que hacen falta para el desarrollo de la vida, pero que a su vez que se preserven los recursos naturales. Entonces, en este caso particular, nos enfocamos en el agua, que es un insumo que en la mayoría de los procesos productivos aparece como una necesidad. Pero también es una necesidad para la vida, tanto humana como para la vida de la flora y la fauna de la zona. Por lo tanto, preservar la calidad de los recursos hídricos mediante un vuelco de aguas residuales bien tratadas contribuye a lo que se conoce como el desarrollo sostenible”, cerró Barbero.