Una muestra para disfrutar: pesebres del mundo, reunidos en un solo lugar

Un grupo de mujeres puntanas exhiben su colección personal con piezas de diferentes países y construidas en los materiales más diversos.

Desde que San Francisco de Asís decidió recrear el nacimiento de Cristo con actores reales, en una pequeña gruta de Greccio (Italia), armar un pesebre para Navidad se convirtió en una costumbre cristiana que se extendió por todo el mundo, primero en las iglesias y después en las casas particulares. Por estos días un grupo de mujeres puntanas exhiben sus colecciones personales de pesebres con piezas construidas en los mas diferentes materiales y traídas de las más diversas latitudes.

La exposición denominada “Vamos a Belén” es la segunda edición y se realiza en la sede de la Alianza Francesa de la ciudad de San Luis (Chacabuco 634). Está abierta hasta el viernes 22 de diciembre y se puede visitar de 10 a 12:30 y de 18 a 21.

La entrada es libre. Y las tres salas que exhiben unos 300 pesebres ordenados por continentes y países reflejan no solo el espíritu de una tradición cristiana que nació hace 800 años, en la misa de Navidad de 1223, sino también el arte y las adaptaciones que cada uno de los países fue introduciendo de acuerdo con su historia e idiosincrasia.

Las imágenes de Jesús, María, José, los Reyes Magos con sus ofrendas y la estrella que los guió, los pastores y los animales testigos de las primeras horas de vida del hijo de Dios, se exhiben en un crisol de colores, tamaño y formas. Todo está apuntalado con tarjetas informativas que describen, informan y aportan datos y curiosidades sobre la tradición que este año cumple ocho siglos.

En el recorrido es posible ver, por ejemplo, un pesebre de Rusia con piezas de formas regordetas, como mamushkas; personajes abrigados con ponchos coloridos como los que se usan en el altiplano; a María y José con sombrero de charros o bajo la torre Eiffel; o a los Reyes Magos y pastores con sus ojos rasgados, tal como son representados en China. El listado de curiosidades no termina ahí: hay piezas de Mozambique, Croacia y diferentes países de Europa. Y así como hay diversidad de formas, razas y colores, lo mismo sucede con los materiales: los hay tallados en madera, bambú, cerámica, cristal, papel y hasta tejidos. Cada uno de los pesebres tiene su propia historia. Y la mayoría recorrió cientos de kilómetros hasta llegar a San Luis. Otros, nacieron de las propias manos puntanas.

Además de la colección de pesebres se puede apreciar también una recopilación de tarjetas de navidad y una muestra con reproducciones de pintores del Renacimiento con obras alusivas al nacimiento de Cristo.

Greccio, donde nació la tradición

Greccio es en la actualidad una pequeña aldea de 1600 habitantes, ubicada en el centro de Italia, a unos 70 kilómetros de Roma. Su condición de haberse convertido en el pueblo pionero en matera de pesebres lo ha catapultado como destino turístico y este año tiene previsto celebrar los 800 años de la tradición iniciada por San Francisco de Asis con un pesebre viviente que se representará a los pies del santuario franciscano de la localidad y al que se calcula que asistirán entre 60 y 70 personas.

El Papa Francisco eligió su nombre en honor al santo que creó el primer pesebre en el siglo XIII. Realizó dos visitas al santuario de la ermita de Greccio en 2017 y 2019.

No te pierdas...