Ezequiel Gómez estaba harto de los robos. En la última semana habían entrado a robarle cinco veces a su domicilio. A esa altura ya podía pensar tranquilamente que los ladrones o el ladrón se trató en las cinco ocasiones de la misma persona. El jueves pasado los policías de la División de Rápida Intervención Motorista (DRIM) de Villa Mercedes atraparon a un delincuente que consiguió ingresar a la casa de Gómez, después de romper una abertura. Todavía cargaba en los brazos las pertenencias de la víctima. Todo parecía indicar que de la imputación de ese saqueo no iba a zafar, pues lo habían sorprendido «con las manos en la masa». Pero no fue así. Las horas y los días pasaron y el fiscal a cargo, José Olguín, no ordenó su detención a tiempo. En consecuencia, el juez de turno no tuvo otra alternativa que liberarlo.
Una vez aprehendido por los policías, el hombre de 39 años fue puesto a disposición del fiscal instructor de Villa Mercedes. Todo a la espera de que el representante del Ministerio Fiscal, con las pruebas que comprometían al recién demorado ante sus ojos, ordenara su liberación o detención, y si era así, solicitara la audiencia para imputarlo por el robo.
La Policía, por Ley, solo puede mantener a alguien en calidad de demorado hasta 24 horas, pasado ese tiempo si la Justicia no toma una medida al respecto, la persona aprehendida deberá ser liberada. Según trascendió, Olguín demoró en disponer su arresto y la notificación sobre la detención no llegó a tiempo al sospechoso.
Eso quiere decir que el hombre estuvo privado de su libertad más tiempo del debido, sin saber cuál era su situación. De acuerdo a lo que contó una fuente, a pesar de todo, el juez entendió que el sospechoso no fue notificado a tiempo y le permitió al fiscal instructor continuar.
En ese punto, solo restaba que Olguín requiriera la audiencia para la consecuente formulación de cargos, en la que debía explicarle al juez y al sospechoso el delito por el que fue arrestado y le iniciarían una causa penal.
Pero el fiscal instructor también se tomó otras 24 horas para pedir esa audiencia. «Es decir que, después de 65 horas, la persona detenida tuvo su audiencia», contó el informante. En la audiencia, el juez de turno hizo lugar al planteo de la defensora oficial Cecilia Mithiaux sobre la ilegitimidad de la detención, dado todo el tiempo transcurrido por inacción del fiscal.
Y así el hombre al que atraparon in fraganti, como autor de un robo, quedó libre y ni siquiera le imputaron el delito.
Los patrulleros de la DRIM lo habían aprehendido en el patio de un domicilio de San Juan al 300. Cuando advirtió a los efectivos, intentó escapar escalando hasta el techo, pero no consiguió huir.
