Más de un centenar de deportistas partieron anoche desde Quines transportando la imagen de San José, Santo Patrono de la localidad, con destino a Villa de la Quebrada, en el lanzamiento de la 25° edición de la denominada «Maratón de la Fe».
Tras un emotivo acto por la conmemoración del 25° aniversario, en el que se entregaron reconocimientos a los integrantes del primer equipo y del que participaron autoridades locales y departamentales, exactamente a las 00:35 la intendenta Antonella Macías, junto al cura párroco Guillermo Alcázar, bajaron la bandera de largada. Así, los atletas le dieron vida a un evento que hace mucho tiempo se convirtió en una tradición de unión y fe quinense.

El evento nació a finales de los años 90, impulsado por Martiniano Valdéz, referente del Instituto Argentino de Chaiou Do Kwan en el norte puntano. Luego de convencer a unos pocos vecinos, en la medianoche del 3 de mayo de 1999, doce deportistas se dividieron en postas de 10 km cada una y corrieron durante toda la madrugada hasta llegar a Villa de la Quebrada, dando vida a la primera Maratón de la Fe.
El entusiasmo creció rápidamente y desde hace muchos años son cientos los que se animan a correr en plena madrugada. Y desde el pueblo, familias completas se reúnen en plaza Lafinur para despedir a los deportistas, acompañarlos y brindarles su aliento.
La largada se realiza siempre frente a la Iglesia San José, tras recibir una bendición especial del sacerdote. Portando banderas argentinas, entre bocinas y un marco emotivo notable, los atletas giran algunas vueltas por el centro y luego, escoltados por una caravana de autos, bicicletas y motos, se dirigen hasta la rotonda de ingreso al pueblo para tomar la Ruta Nacional N°20, rumbo a Luján.

Custodiados por la policía provincial, cada posta está generalmente compuesta por dos maratonistas y cuatro ciclistas. Algunos se animan a pedalear toda la noche para recorrer el trayecto completo.
La llegada a Villa de la Quebrada se produce luego del mediodía. Ese ingreso, cargado del sentimiento que cada deportista lleva consigo, siempre termina con el equipo unido y agradeciendo al Cristo de la Quebrada. La postal que seguramente en algunas pocas horas, volverá a enmarcarse en la capital de la fe puntana.