Hasta última hora del martes, los bomberos voluntarios de «El Fortín» de Villa Mercedes trabajaron en un campo que se incendió en inmediaciones de Villa Reynolds. Los rescatistas consiguieron sofocar una parte de las llamas, para evitar que se propagaran hasta la población. Pero dejaron que el fuego continuara sobre la vegetación, porque era imposible trabajar en esa zona de tanto monte. Esperaban que esas flamas se apagaran solas.
Cerca de las 21, los rescatistas fueron alertados sobre un campo que se quemaba en el cruce de avenida Jorge Newbery y Ruta 24, en las inmediaciones de Villa Reynolds. Según les dijeron, era un siniestro de grandes proporciones.
Dos dotaciones con 12 bomberos partieron, entonces, hasta el lugar del incendio. «Fueron con una camioneta de kit forestal y un camión cisterna de apoyo», detalló el comandante mayor Miguel Aberastain, subjefe de «El Fortín».
El viento y el hecho de que ese es un sector «de mucho monte» dificultó las tareas de extinción del fuego. Por eso los bomberos se ocuparon, ante todo, de apagar las llamas para evitar que se extendieran hacia la parte poblada de ese campo.
Lograron sofocar unos 200 metros de llamas, confirmó el comandante Gabriel Giménez, jefe de «El Fortín». Pero aclaró que no pudieron actuar sobre la vegetación, porque cuando es tanta los rescatistas no pueden ingresar, no hay manera.
«Esa parte se dejó que se quemara porque no se podía entrar y tampoco había viviendas o zona poblada en peligro», explicó Giménez. El comandante calcula que las flamas se extinguieron solas durante la madrugada, porque no volvieron a llamarlos para pedir ayuda.
Aunque, en un primer momento, trascendió que habían muerto animales, el comandante dijo que el dueño del campo no les mencionó que allí hubiera animales y tampoco vieron cuando realizaban sus tareas.
Alrededor de las 22:30 «la situación ya estaba controlada», dijo otra fuente de los bomberos.
