Nadie tiene que contarle a la mujer de Villa Mercedes si existe o no el infierno. Ella sabe que sí, estuvo ahí. Lo sufrió en carne propia y el demonio que la torturó hasta dejarla inconsciente fue su pareja, Jorge David Decena. La Policía la sacó de ese abismo cuando detuvo al hombre, después de las últimas agresiones a las que la sometió. La golpeó, la persiguió con un cuchillo y quiso matarla. Amenazó también con asesinar a su hijo y quemarle la casa. Durante años la atacó a trompadas, la obligó a prostituirse y hasta le tomaba fotos desnuda para luego venderlas en las redes sociales.
El hombre, de 47 años, no bromeaba cuando la amenazaba con matarla a ella y a su hijo. Él ya asesinó antes. De hecho, fue condenado por un «homicidio simple». También había robado a mano armada y un Tribunal decidió unificar las penas de ambos delitos y lo sentenció a 18 años de prisión.
Ese tiempo tras las rejas ni siquiera lo cumplió. Fue porque hace cuatro años la Justicia le concedió la libertad condicional hasta el 2028. Arribado ese año, cumpliría formalmente los 18 años de pena y quedaría saldada su deuda con la Justicia, pero no con la familia de la persona que mató.
Los efectivos de la Comisaría 10° lo detuvieron la noche del jueves, por pedido de la fiscal Nayla Cabrera Muñoz, a cargo de la Fiscalía en lo Penal con intervención en Contexto de Género, Diversidad Sexual, Infancias y Adultos Mayores. En teoría, en el transcurso de este viernes, la funcionaria debería imputarlo por los numerosos delitos que cometió contra su pareja.
La víctima de 46 años sufrió de parte del ahora detenido «episodios de violencia física, psicológica y sexual», informaron los voceros de Relaciones Policiales.
Cansada de soportar esos maltratos los últimos seis años, la mujer denunció que «su cónyuge la agredía sistemáticamente, la obligaba a prostituirse y comercializaba imágenes íntimas suyas a través de redes sociales».
La última de esas tantas agresiones ocurrió el viernes 8. La damnificada contó que Decena, ebrio y drogado, la golpeó brutalmente, la amenazó con matar a su hijo y con incendiarle la vivienda.
Luego tomó un cuchillo e intentó atacarla. Pero la denunciante consiguió escapar y esconderse en la casa de una sobrina. Estaba tan mal que se descompensó y perdió el conocimiento. Tuvo que ser asistida por los policías y, luego, por médicos.
