Con la cabeza quemada, laboral y electoralmente

En los últimos días, algunos medios nacionales dieron a conocer un estudio realizado por Bumeran, un portal de empleo con alcance en Latinoamérica, sobre el síndrome de Burnout o agotamiento laboral. El resultado arrojó un título que los argentinos solo podemos lamentar e intentar revertir cuanto antes: Argentina está primera en el ranking de estrés laboral, superándose e incluso a sí misma.

Como si no bastara con ser campeones en tener la ‘cabeza quemada’ por el trabajo, previo a la realización del balotaje para elegir presidente, algunos medios hablaron de otro tipo de burnout, el electoral, que tiene sus particularidades. Lo cierto es que, fuera cual fuera el resultado, ya podía intuirse en la previa a la votación que los tiempos que se avecinan no serán fáciles, siendo la inflación uno de los principales problemas que preocupa a los argentinos. Eso determina que el estrés sobrepase el momento electoral y que se extienda durante la transición y mientras el nuevo gobierno define y establece el rumbo de su proyecto.

El agotamiento físico, emocional y mental resultante de la exposición prolongada al estrés laboral incluye síntomas como fatiga persistente, falta de energía, desinterés en las tareas laborales, dificultades para concentrarse, irritabilidad, cambios en los patrones de sueño y una disminución general en el rendimiento laboral. También dificultad para desconectarse del empleo.

Según el informe “Burnout 2023” de Bumeran, el 94 por ciento de los argentinos sufre agotamiento o estrés laboral. Ésta es la cuarta edición de este estudio de carácter regional del que participaron, en total,  4.386 trabajadores y especialistas en Recursos Humanos: 1.549 de Argentina, 754 de Chile, 452 de Ecuador, 464 de Panamá y 1167 de Perú.

 

La investigación averigua cómo viven las personas el síndrome de Burnout y qué acciones implementan los especialistas en Recursos Humanos para hacerle frente. El porcentaje que ostenta Argentina es doblemente preocupante: no solo está en la cima del podio 2023, sino que registra el nivel más alto de agotamiento laboral desde que se realiza la investigación. Según el informe, desde la pandemia en adelante ha prevalecido el incremento del estrés laboral: en 2020, el 88 por ciento de las personas encuestadas aseguró transitarlo; en 2021, un 80, y en 2022, un 86. Este año, detrás de Argentina se ubicaron Chile, con un 91 por ciento; Panamá, con un 83; Ecuador, con un 79; y Perú, con un 78.

El síndrome de tener la cabeza ‘prendida fuego’ por el trabajo se puede prevenir o tratar con deporte y actividades que desconecten, como leer un libro, ir al cine a ver una película y mantener contacto con amigos y seres queridos. Los especialistas también recomiendan desactivar los dispositivos de trabajo y mantener, en la medida de lo posible, una rutina que ayude a bajar la incertidumbre.

No solo laboral

Argentina ya atravesó la gran incógnita del 19 de noviembre: se sabe que, durante los próximos cuatro años Javier Milei será quien defina el destino de la nación. Pero eso no ha echado por tierra muchas incógnitas: ¿habrá dolarización?, ¿cómo estará conformado el gabinete?, ¿qué políticas aplicará y cuáles sacará de plano?. Éstas son solo algunas de las preguntas que, por estas horas, se hace la ciudadanía.

Expertos hablan de cinco condiciones asociadas al burnout político, y la mayoría guarda similitud con las que son propias del agotamiento laboral: los trastornos del sueño (que a largo plazo puede aumentar el riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares), la ansiedad, la depresión (que normalmente se ve reflejada con sentimientos de desesperanza, impotencia, inutilidad y culpabilidad), enojo (la frustración y la rabia pueden provocar  hipertensión y trastornos cardiovasculares) y el estrés en sí mismo.

El contexto político tiene impacto en la salud de las personas y puede manifestarse como estrés crónico, ansiedad, depresión, falta de concentración y fatiga. En las últimas semanas, durante la campaña presidencial, se profundizaron al máximo las tensiones políticas, se escucharon discursos virulentos, hubo fuertes debates, algunos mediatizados (en la televisión, en las redes sociales) y otros en ámbitos no mediáticos, como en las casas, escuelas, espacios de trabajo.

Para hacer frente a estos síntomas, los profesionales de la salud mental recomiendan, ante todo, el autocuidado a través de técnicas de relajación, como el yoga o la meditación, establecer o mantener el hábito de hacer ejercicio físico y acudir a terapia. Otra de las sugerencias, valiosa en tiempos de exceso de pantallas, es ser selectivos y críticos a la hora de consumir información, ya sea a través de los medios tradicionales o de las redes sociales. Sobreexponerse a noticias negativas o a contenidos violentos también resulta tóxico y socava el bienestar y la salud mental.

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