“Estamos con mucha bronca. Desapareció todo, quedó el cielo estrellado y es de no creer”. La frase salió de la boca de un vecino de San Francisco del Monte de Oro que le adjudica a los aviones rompe-tormentas la falta de lluvia en esa zona de la provincia.
Es que la sequía y falta de inversión en obras hídricas ha agravado la situación, de por sí dramática, por la que atraviesan productores de la región.
Están convencidos de que los vuelos de aviones rompe-tormentas son el motivo por el cual, pese a oscurecerse el cielo por las nubes, no llueve.
De hecho, el fin de semana seguían con atención una alerta meteorológica, ya que desde marzo que no cuentan con una lluvia significativa y apenas han tenido lo que ellos definen como una leve garúa.
La situación es alarmante y la preocupación crece entre los vecinos y productores de La Majada, Pozo Cavado, Pozo del Molle, Leandro N. Alem, Luján, Quines y Candelaria.
La falta de agua imposibilita sostener cultivos, plantaciones y muchos animales se han muerto deshidratados.
Los vecinos están convencidos de que cada vez que llegue el verano y se generan tormentas salen a volar esos aviones con los que rompen la posibilidad de una buena lluvia.
Creen que disparan químicos sobre las nubes para evitar que se forme granizo para proteger determinados cultivos, pero eso termina afectando la lluvia, y las nubes desaparecen.
Ese tipo de vuelos es frecuente y reconocido en la provincia de Mendoza, en donde se utilizan para proteger grandes producciones hortícolas de la caída de granizo. En San Luis es cada vez más frecuente escuchar a vecinos de la zona rural que se quejan por esos vuelos sobre el suelo puntano.
No llueve en el norte y los vecinos hablan de aviones rompe-tormentas
