En épocas de tanta tensión, de extremistas al extremo y de gente apurada que no para ni repara, los integrantes de la Selección Argentina de Fútbol entregan equilibrio emocional.
En un juego cambiante, sanguíneo y pasional, los que visten de celeste y blanco y ya nos regalaron el tercer título Mundial de la Historia, ahora nos ofrecen un manual de sencillez aún en el brillo del éxito, de madurez pese a la Juventud de muchos, y de intentar siempre con nobleza.
Ellos, futbolistas profesionales y cuerpo técnico de élite, sabedores de que sus palabras recorren el mundo y generan contenido emocional, parten de la línea del entrenador, Lionel Scaloni, para mantener el equilibrio.
No derrochan alegrías pasajeras en un deporte en el que se pierde más de lo que se gana (salvo esa Selección, que en 85 partidos tiene un saldo de 60 triunfos, 17 empates y 8 derrotas).
Pese a que el triunfo los acompañe, ellos, todos ellos, se corren de ese lugar de súper héroes que se les da en las tribunas, en los bares y en las calles del país y del planeta.
Los jugadores responden en el césped y el DT responde siempre con sencillez.
Dirá, ante la consulta de Todo Un País en conferencia de prensa luego del 4-1 a Brasil: «El papel primario es de los jugadores. Gracias a ellos estamos donde estamos. Sería fácil decir que es gracias a mí, pero implicaría mentir».
Entonces miente Scaloni al correrse de todo lo conseguido.
Las decisiones del otro lado de la línea de cal siempre fueron y serán determinantes. Para muestra, apenas hay que recordar el desconcierto de Didier Deschamps, el entrenador de Francia, en el primer tiempo de la final de todos los tiempos, en Qatar 2022, cuando el planteo táctico de Scaloni ridiculizó la propuesta europea.
Él y su cuerpo técnico potencian a cada individuo que se viste de Selección.
Miente Scaloni sobre el papel primario de los jugadores.
A «Dibu» Martinez y «Cuti» Romero, nadie los tenía en el radar, y fue el nacido en Pujato quien los trajo y los hizo referentes del mundo en sus posiciones. Apenas dos ejemplos de tantas convocatorias y de tantas acertadas inclusiones.
No hay responsabilidad que ejerza un futbolista en la cancha sin el contenido que le aporta el DT. Por lo tanto, la técnica la lleva en su andar el futbolista, pero táctica y estrategia son elementales, determinantes y finalmente, las que modifican cualquier ecuación del juego.
Argentina fue campeón del mundo jugando los 7 partidos con un parado táctico diferente. Aún cuando repitió nombres, modificó estrategias.
Sus equipos juegan en virtud de atributos propios, pero siempre con el ojo en las fortalezas ajenas.
Mentira que el papel primario es de los jugadores. El mejor que juega a este juego no pudo estar por lesión ante Uruguay y Brasil. Y en estos dos partidos pesados, el planteo hizo que no se extrañe al 10.
Leonel Messi no jugó y la Selección brilló aún sin su luz estelar.
Miente Scaloni cuando dice que implicaría mentir decir que lo que está sucediendo es gracias a él.
Claro que es gracias a Scaloni, como cabeza de grupo del cuerpo técnico.
Se corre del logro, de los logros.
Se aparta de tener alguna responsabilidad en el éxito. Como queriendo que creamos que el está ahí apenas para ocupar un lugar que estaba huérfano, tras el despiole de la gestión de Jorge Sampaoli.
En un mundo en el que todos/todas buscan likes, como si los «me gusta» recibidos fueran el motor de la vida, Scaloni la única red social que maneja es la de la mesura, la del equilibrio y la de darle todo el merito al otro y a los otros, porque también recordó que Brasil es pentacampeón mundial y él es un admirador del fútbol carioca. Ni en paseo del 4 a 1 se sube a su Scaloneta.
Sabés qué, Lionel Scaloni, seguinos mintiendo… Mentinos que nos hace bien. Nos marca el camino de seguir andando y seguir creciendo.
Cómo el fútbol es multiplicador, tu equilibrio ayuda a multiplicar buenas costumbres.
Gracias por mentirnos. Porque al mentirnos, con tus formas tan imitables, sabemos que la felicidad es la serenidad de lo que vendrá.