Cuando Gatti sufrió el susto más grande de su vida en San Luis

Sucedió el 26 de abril de 1979, en un amistoso que jugó el Boca del “Toto” Lorenzo con el equipo puntano que 4 meses después competiría en el Nacional.
Hugo Orlando Gatti, un fenómeno que trascendió el arco-

Hugo Orlando Gatti, el fenomenal y extrovertido arquero que marcó una época en el fútbol argentino, falleció el domingo a los 80 años y entre sus miles de partidos bajo los tres palos queda una anécdota de su paso por San Luis.

El 26 de abril de 1979, Boca llegó a la capital puntana para jugar un amistoso con la fusión Juventud Unida Universitario Pringles, que el 2 de septiembre de ese año jugaría el Nacional, en la que sería la única presencia de un representante puntano en ese torneo.

El amistoso se jugó en el “Coliseo” de Estudiantes, en Aristóbulo del Valle y Estado de Israel. Ganó Boca, dirigido por Juan Carlos “Toto” Lorenzo, 3 a 1, y Gatti, que vino a San Luis con 34 años, recordaría de aquel partido: “Fue el susto más grande de mi vida”.

¿Qué pasó con el “Loco” Gatti en San Luis?

Castelli, el kinesiólogo Divinsky, Mastrángelo y el doctor Feris trasladan en camilla a Gatti hasta el vestuario de la cancha de Estudiantes.

El periodista Eduardo Rafael, y el fotógrafo Jorge Salto, vinieron a darle cobertura a ese juego, para la prestigiosa revista El Gráfico.

“Sentí el impacto y un dolor tremendo, como nunca lo había sentido antes, ni aún en aquella vez que sufrí doble fractura de mandíbula en el choque con Astegiano. Además, la sensación de que sangraba. Se lo dije a Suñé, que fue el primero que se acercó y el Chapa me contestó: ‘quedate tranquilo que no te sale sangre’. Después no me acuerdo de nada más”, relató Gatti, de aquel episodio.

Sucedió que el delantero puntano Alberto Arroyuelo fue en una pelota dividida a buscar definir ante el “Loco”; el arquero llegó primero, el muchacho de 24 años resbaló en el instante previo a evitar chocar con el arquero, y golpeó con su rodilla derecha en la cara al número 1.

Hugo Gatti atendido en el vestuario del «Coliseo».

“Todavía tengo la marca de los dientes de Hugo”, le mostró Arroyuelo al cronista, el día después en la cancha de la Liga Puntana, que hoy es la cancha de Juventud.

Alberto Arroyuelo, el delantero puntano que con 24 años protagonizó aquel episodio.

Gatti llegó al vestuario, ubicado sobre calle Estado de Israel, en la cancha de Estudiantes, en la camilla. Lo transportaron Castelli, Divinsky, Mastrángelo y el doctor Feris.

El kinesiólogo Aldo Divinsky contó sobre la lesión de Hugo: “Lo que sufrió fue una contusión en el hueso malar derecho, que le produjo un estado conmocional… los estudios demostraron que no existió fractura”.

Y Gatti, al reflexionar para El Gráfico, sobre aquella jugada, recordó; “Fue el susto más grande de mi vida. Cuando caí, el dolor era tan grande y la sensación de la sangre que me corría por dentro tan molesta, que llegué a pensar ‘aquí se termina todo’. Realmente antes de perder el conocimiento, pensé que nunca más volvería a jugar”.

Gatti, el que tal vez haya sido el arquero más vivo de la historia del fútbol argentino, nos dejó increíbles historias y recuerdos, y al susto más grande lo pasó en San Luis.

El «Loco», el día después en la concentración, con el hematoma que lo conmocionó.

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